Reflexiones

Me sorprendo a mí misma en los momentos de conexión que, generalmente, ocurren cuando estoy planeando algo para los demás... (dar es el camino)

Todo fluye, la sabiduría emana cómo si brotase de una fuente superior, que todo lo sabe, todo lo entiende. Cuántas veces me pierda en el camino, tantas otras esa fuente derramará sobre mí la conciencia de que todo es posible. El saber que no estamos aquí sólo para dejar que la vida pase, sino para actuar sobre ella y lo que nos rodea, con amor incondicional, con humildad, con paciencia y espera, con acción y determinación...

Las señales son claras, llegan a su debido tiempo, y sólo tenemos que estar atentos para saber identificarlas. Porque cada uno de nosotros tiene un cometido, es alguien importante para la existencia de nuestro mágico Universo. Dejemos de mirar en el exterior y conectemos con el alma, con el ser que realmente somos...

Deja a un lado los prejuicios, siéntate conmigo, hablemos, aprendamos el uno del otro, crezcamos juntos, desaprendamos de todos esos engaños que nos desconectaron de lo que ya sabíamos, acerquémonos con amor a nuestro ser, pidámosle perdón por olvidarnos de él y abracémosle para llorar juntos la reconciliación. Olvida las etiquetas que te pusieron,y las que te pusiste, acuérdate de ese niño pequeño que jugaba y veía el mundo de forma sana y divertida. Recuerda que crecer no significa ser infeliz, sino tener las herramientas para cumplir tu verdadero destino. Ámate sin juzgarte y, cuando sea necesario, júzgate con amor. No te sientas culpable por sentirte desdichado, agradece el haberte dado cuenta y empieza a andar por el sendero de la conciencia y la sabiduría...

Todos somos dioses. Dioses bondadosos, generosos y capaces de crear nuestro propio destino, ese destino escrito del que nos hicieron olvidarnos con una información que no necesitábamos.

Sánate a ti mismo y sanarás el mundo...